Por Jaime Perales
Contreras
El género de ultraviolencia es un
término que algunas historias del
cine adoptaron para clasificar aquellas películas que, de alguna manera,
rebasan el margen de tolerancia de una película violenta. La palabra se usa en
la novela de Anthony Burgess, Naranja mecánica, y, posteriormente, también se utilizaría en el
filme del mismo nombre.
Varios filmes de la década de los setenta son
utilizados como ejemplo de esta postura estética. Sin embargo, de todos ellos,
tres destacaron, por la particular combinación de violencia y sexo que hubo en
ellos. La propia Naranja
mecánica fue uno, el
segundo Los perros de paja y el tercero Deliverance (traducido como Amarga pesadilla).
Algunos más, se dicen que fueron filmes
ultraviolentos, pero estos tres son los que más se recuerdan, porque tuvieron
en común tres elementos. Primero, la extrema violencia física que hubo en
ellos. Segundo, la tensión sexual. Y, por último, la clasificación: Los tres
tuvieron, por parte de la censura, la categoría X, (o en español, clasificación
D), que era la denominación más extrema que podía tener un filme en aquella época que no fuera considerado
pornográfico.
En dos de ellos (Naranja mecánica y Los perros de paja) se presenta la violación de una mujer y,
en el tercero, Deliverance, la de un hombre.
A cuarenta años del estreno de uno de
ellos, Los perros de paja, dirigido por Sam Peckinpah el cine vuelve a hacer una versión actualizada
de aquel filme que provocó polémica. No es la primera ocasión que se trata de
resucitar un filme de Peckinpah, La huída, protagonizada por Steve McQueen y Ali MacGraw, en 1972, volvió a cobrar vida en la no muy
afortunada versión de 1994, estelarizada por Alec Baldwin y Kim Bassinger.
La primera versión de Los perros de
paja fue interpretada por
Dustin Hoffman y la actriz inglesa Susan George. La película se filmó en
Inglaterra, basada en la novela, de Gordon Williams, con el guión escrito por
el propio Peckinpah y David Zelag Goodman. El filme narra la historia de un profesor de matemáticas que viaja
con su pareja a un pueblito inglés ubicado en Cornwall, Inglaterra. Ella,
aburrida de la poca atención que tiene de parte de su esposo, empieza a
coquetear con los lugareños, los cuales, empiezan a hostigar al matrimonio. La
tensión crece hasta desembocar en la violación de Susan George y en las
repercusiones, posteriores, que tiene el enfrentamiento entre Hoffman y los
hombres que atacaron a su esposa.
Los perros de paja fue severamente criticada de instigar a
la violencia y filmar a la mujer
de una manera degradante y abusiva. Sin embargo, fue una de las películas más
importantes de Peckinpah y la que, actualmente, se considera un filme clásico
de la época y una de las películas que cimentó la reputación del cineasta
norteamericano como uno de los mejores directores del siglo XX.
La nueva versión, dirigido por el crítico
y director de cine Rod Lurie, y protagonizada por el actor James Marsden, es un
respetuoso homenaje al material que proporcionó Peckinpah. La historia tiene
ligeros cambios. En la primera era un matemático, en esta un guionista de cine.
En la primera fue filmada en Inglaterra, en esta en Blackwater Mississippi, Estados Unidos. Aunque la tensión y violencia en el nuevo filme se conservan, la
escena de la violación de Amy (Kate Bosworth) es más corta y mucho menos
transgresora, por decirlo así, que en la versión de Peckinpah. Lo que antes
atraía al público por ser una película iconoclasta ahora lo ahuyenta. De haber
hecho una escena extensa de la violación de una mujer, como ocurre en la
primera versión, el filme se hubiera desbarrado, probablemente, a tener una
clasificación severa y esto hubiera incurrido en una reducción del público
potencial. La clasificación “mayores de 21 años” actualmente es casi un tabú
que puede incurrir en el fracaso comercial del filme. Y, curiosamente, en la
mayoría de las ocasiones, la escena de un desnudo, siempre es considerada por
la censura fílmica con mayor rigor que una de violencia.
Muchos afirman que la película Los
perros de paja no hubiera
resucitado, en una segunda versión, pero el filme, como se dijo, es un
respetuoso homenaje, que sigue, casi de manera rigurosa el guión original hecho
por Peckinpah.
Apodado como “Sam el sanguinario”, las películas de vaqueros fueron los
filmes que catapultearon la carrera de Sam Peckinpah, como fue el caso de La
pandilla salvaje, entre
los que figuraron, entre los actores mexicanos, Emilio “El indio” Fernández y Alfonso Arau. Al igual que Los
perros de paja, La pandilla
salvaje fue una película
que tuvo una violencia casi insoportable. No por ello el apodo de Peckinpah.
Sam Peckinpah (1925-1984), el gran
cineasta norteamericano, empezó su carrera elaborando guiones para los westerns
de televisión de la década de los cincuenta, entre los que destaca La ley
del revólver (Gunsmoke). Para muchos, ver uno de los capítulos del ficticio Marshal Dilon, de Dodge
City, escrito por Peckinpah, es casi como leer un cuento de Ambrose Bierce, en
el cual sobresale un desenlace, en ocasiones trágico, a veces extraño, pero
siempre, sin faltar, eso sí, inesperado.
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