miércoles, 31 de agosto de 2011

Jóvenes editoras hablan sobre revistas culturales



Hace unos días, Miguel Ángel Quemain organizó El Primer Encuentro de Revistas Culturales. Un encuentro harto valioso, no sólo porque se abría un espacio para que los editores hablaran de su labor y sus retos, sino porque quedó en evidencia que en México, aún existe un lugar muy importante para la cultura—y así me lo hicieron saber algunos colegas en Estados Unidos.
A una semana de distancia, mandé un par de preguntas a los editores invitados. Sus respuestas aparecen aquí. Esta vez presentamos a las jóvenes editoras:

¿Qué ideas se manejaron o debieron hablarse en el Encuentro, qué ideas usarás para tu revista y cuál crees que sea la trascendencia del Encuentro? Además háblanos de tu presentación en el Encuentro


Ileana Garma Estrella. Editora adjunta de la editorial Letras sueltas y de la revista Grietas

Me parece que gracias a este primer encuentro de revistas culturales se pudo tomar, de cierta forma, la temperatura del quehacer editorial en México. Yo creo que muchas revistas importantes estuvieron ausentes, y no hablo tan sólo de La Tempestad o de Este País, revista que finalmente lee cierta población mexicana, sino de revistas que ya tienen mucho tiempo creando consumidores, como Cultura de Veracruz y Casa del tiempo, entre otras más. Sin embargo el encuentro fue verdaderamente rico, las discusiones en torno a las bondades y deficiencias del mundo digital, las problemáticas de distribución y publicidad, así como los apoyos oficiales, lograron que los editores se dieran cuenta de que no se encuentran solos en la lucha, sino que somos todos los que deseamos mejores oportunidades y todos desde nuestra trinchera estamos haciendo algo. Algo más que quejarse, por supuesto.

Nuestra revista, Esta humanidad tan llena de GRIETAS, es un proyecto que nació en el 2010 y tiene una fecha de caducidad, pues muere en el 2012, una semana después de las elecciones presidenciales. A pesar de esto son varias las cosas que nos llevamos para alimentar nuestro trabajo. Por un lado, dar seguimiento a la idea de ser parte de una red de revistas culturales, algo así como un diccionario, que se actualice con regularidad a diferencia del SIC, y que presente muestras del trabajo de cada revista. Por otro lado, como proyecto que manejamos en red, pensamos mejorar en diversos aspectos para volver nuestro documento mucho más lúdico.

No podrá existir una trascendencia del encuentro si todas las revistas que participamos no seguimos en contacto. Cada revista es distinta pero podemos apoyarnos en cuanto a las herramientas para la búsqueda de la publicidad, edición y distribución, así como la generación de diálogos interculturales que fomenten el desarrollo cultural e intelectual del país.

Esperaba que cada revista pudiera aportar, por medio de su particular historia, un mapa de navegación para el mundo editorial en México. Creo que ahí están las piezas, y es tarea de los participantes formar un mapa mucho más amplio e incluyente. Pocas veces escuché hablar del público, de los lectores para los cuáles trabajamos, a ellos no podemos perderlos de vista, ni un segundo.
Planeé también dar a conocer Grietas e invitar a todos los interesados a sumarse al proyecto. Aprovecho este espacio para abrir de nuevo la invitación.

Rosario Orozco. Directora de Va de Nuez

Bueno no es la primera vez que asisto a un encuentro de Editores, en Guadalajara, ya hemos organizado tres en 2007 2008 y 2009 previo a la organización de La Otra Fil, que se realiza desde un día anterior a la FIL, en estos encuentros lo que hacemos es contactarnos con otros que van en el mismo camino que nosotros tratando de lograr ediciones de revistas con apoyos o sin apoyos por parte del Estado, creo que no cambió mucho en cuanto a los temas, la organización ya en el evento sí fue muy buena, creo que habría faltado que por ejemplo las ponencias las pudiéramos tener antes para que se nos entregara una memoria de las mismas. No me quedé hasta el final que es cuando comenzaron a querer hacer propuestas.

Dentro de las ideas que se manejaron, que expuso Víctor del Real de la revista El Gallito, es que debemos encontrar la forma de exigir los financiamientos para nuestras revistas, porque son necesarias,  son los medios de expresión naturales para los escritores ahora que tan complicado se ha vuelto publicar, por los costos del papel, tintas y demás. Si bien  las revistas tienen sus ciclos, existe la certeza que deben continuar, no sólo para invitar a los amigos y los que piensan como los directores como en su momento lo dijera Octavio Paz en su revista Vuelta, sino porque permiten estas publicaciones dar salida a las inquietudes de expresión y comunión con el posible lector. Expusimos también sobre cómo son necesarias para que nuestras sociedades no se pudran, puesto que permiten la circulación de discursos no sólo desde lo permitido, sino incluso de aquello que en muchos otros medios no se puede expresar...

Entre las ideas que podría utilizar para aplicar en mi revista, por ejemplo esto de la búsqueda de patrocinios que en Guadalajara, se vuelve tan complicado, el hecho de tener la certeza que existen partidas para estos proyectos culturales y que son de alguna manera obligación de los gobiernos sin menoscabo de la libertad de expresión. O la forma de mantenerlas a través de otras micro empresas relacionadas con la mercadotecnia que también hacen viables los proyectos aunque se tienda más a la comercialización que no es tanto la línea de Va de Nuez.
Sobretodo puedo rescatar los contactos, las revistas que logramos intercambiar y traer  a Guadalajara y que ahora algunos de mis alumnos tienen la posibilidad de conocer y leer, para tratar de orientarlos hacia la lectura de otro tipo de textos. Entre otras de la revista Biblioteca de México, sobre Edgar Allan Poe, que tan de moda está entre algunos jóvenes este autor, tu misma revista LiteralClarimonda y los temas arrabaleros, Meretrices, Metrópolis, etc.

La trascendencia del Encuentro, fue el hecho de que tuvimos la posibilidad de dialogar de plantear futuros proyectos, futuros contactos, otras posibilidades de difusión, que se irán dando o no con el tiempo, por ejemplo de los Encuentros pasados, organizados desde los editores y revisteros, coincidimos con Alexandra Botto, a partir de esta coincidencia organizamos en 2010 con Homoscriptum que ella representa y Acequia Va de  Nuez que yo represento, coeditar Una canción por amor de Carlos Prospero, realizamos el Encuentro América Madre en coordinación con Irma Droz de Argentina, todo en Guadalajara a fines de Noviembre del 2010 y posteriormente por estas fechas la coedición de México Lindo y Querido con el apoyo de la UANL, gracias a las gestiones de Ale en Monterrey.  Logramos con todo esto la conjunción de esfuerzos y mayor difusión de ambos trabajos. Ahora existe la posibilidad dados otros contactos con el Dr. Quevedo peruano,  que radica en Alemania, una antología México/Alemania con traducciones también buscando las gestiones con la UANL, el apoyo editorial desde Guadalajara y el Estado de México, conjuntando voluntades y esfuerzos. De este encuentro algo tangible ha sido por ejemplo esta entrevista online contigo. Hay otras posibilidades, claro que se irán materializando, intercambios con Meretrices, Acequias y La Jornada de Aguascalientes...

Algo que quiero utilizar para mi revista es pensar más en Internet, que de alguna manera me parece muy equis, digamos porque no sabes realmente quién te lee pero por otro, es innegable que son muchas sus posibilidades para una mayor proyección.


Estuve en la mesa "Crear e innovar", hablé sobre cómo surgió Va de Nuez en Nogales, Sonora, que realizamos un Taller de Introducción a la literatura y posteriormente La Literatura es un arma cargada de futuro, en donde  nació Va de Nuez, para dar cauce a las inquietudes de los talleristas para publicar, difundir y promover la lectura. El caso de nuestra publicación ha pasado de 8 páginas a 42 luego 48 y ahora son 68 páginas, algunos nos ven como  referencia al Norte que es algo que no hemos olvidado, el voltear a ver y conocer  lo que sucede allá en las letras. También sobre cómo conjugamos la literatura con la música por ejemplo, el hecho de realizar talleres en Oaxaca con Mujeres poetas en el País de las Nubes y traernos algunos versos de sus adolescentes, las fotografías sobre danza contemporánea incluidas en el No. 18.

Entre otras cosas en Va de Nuez desde sus inicios se ha tratado de conjuntar obra de autores noveles y escritores con trayectoria para mostrar distintas generaciones en las letras actuales.  Entre otras cosas también se incluyen ensayos, cuentos, poesías, entrevistas... Algunos lectores ven la publicación como un mosaico de lo que sucede en el país a nivel literario, así como las distintas expresiones que se muestran, ya que participan autores de diversos lugares de México. Va de Nuez existe desde el 2005.

lunes, 29 de agosto de 2011

Jóvenes editores hablan de las revistas culturales



Hace unos días, Miguel Ángel Quemain organizó El Primer Encuentro de Revistas Culturales. Un encuentro harto valioso, no sólo porque se abría un espacio para que los editores hablaran de su labor y sus retos, sino porque quedó en evidencia que en México, aún existe un lugar muy importante para la cultura—y así me lo hicieron saber algunos colegas en Estados Unidos.
A una semana de distancia, mandé un par de preguntas a los editores invitados. He aquí la respuesta de algunos de ellos:

¿Qué ideas se manejaron o debieron hablarse en el Encuentro, qué ideas usarás para tu revista y cuál crees que sea la trascendencia del Encuentro?


Adán Echeverría. Coordinador de Catarsis Literaria

Por un momento sentí que el Encuentro rayó en el estilo de un grupo de autoayuda... Mi nombre es tal, hago tal revista, y me ha idio mal, no tengo dinero, y estoy a punto de cerrarla, pero por amor a la literatura y a la promoción cultural, continúo aunque sea un viacrucis diario... en ocasiones fue un poco eso... Aún con todo, me pareció que este ha sido uno de los mejores encuentros a los que he asistido, fue totalmente distinto a los encuentros de escritores. Todas las mesas tuvieron público, los asistentes tuvieron su mesa y escucharon las otras mesas (en los encuentros de escritores, muchos leen y se van sin escuchar a los otros), todo mundo propositivo, la mayoría de los participantes quizó discutir, plantear, o participar en las discusiones. Las ideas que yo me llevo son un poco eso... que a pesar de todo, los editores de revistas desarrollan un trabajo de tal importancia que permite brindar espacios a los escritores y otros artistas, como los visuales, por decir algo... Los formatos PDF están siendo una posibilidad para que los proyectos sobrevivan (incluso cuando no se tiene dinero para la impresión), y pueden llegar a un número mayor de lectores vía correos electrónicos, páginas de la web, redes sociales... en detrimento de no tener certeza del número de lectores que puedan estar hojeando o en verdad leyendo los trabajos que se publican, en detrimento también del costo que puede cobrarse en la venta de espacios publicitarios.

En resumen, creo que las Revistas Culturales, pueden ser híbridas (papel y web), y no conformarse con sólo ser papel (costos), o sólo web. La tecnología nos brinda nuevas oportunidades, muchas de las cuales apenas comenzamos a utilizar.

Igual se discutió acerca de que, no importa el soporte en que un escrito quiera enseñarse y comunicarse a los lectores, mientras la calidad sea óptima y profesional. Mientras seamos humanos, como los conocemos, en la actualidad, no importará cuántos recursos tecnológicos utilicemos para nuestra revista electrónica, los textos seguirán leyéndose (en lenguas e idiomas occidentales) de arriba hacia abajo y de izquierda a derecha.

El dinero para la impresión de revistas, los apoyos económicos, ya no son un freno para aquellos que quieren lanzar o sostener un proyecto editorial, aunque todo tenga un costro, hasta el uso del mismo internet y las paqueterías de diseño.

Las revistas en papel no están desapareciendo, como algunos señalan, hay un reacomodo debido a la tecnología y sus filias, pero permanece en el gusto de los lectores, sobre todo de aquellos que buscan coleccionarlas.
La trascendencia del Encuentro está dada en que uno puede aprovechar todas esas discusiones, ricas, para valorar su trabajo como editor; ha sido un gran estimulo, que puede ser reproducido (si es que no debe serlo) a otros compañeros editores, para no tener miedo, ni desesperarse si se quiere contaminar de estas ganas de realizar un proyecto de esta naturaleza.

El número de revistas existentes (no todas asistieron al encuentro, era francamente imposible), es rico en diversidad, lo que significa que hay gente interesada en su lectura, día con día, mes a mes, año con año.



Pedro Kumamoto

Este 1er. Encuentro de Revistas Culturales llegó en un momento sumamente importante para la revista en la que trabajo. Nos encontrábamos inmersos en un proceso de reestructuración, con varias preguntas, inquietudes, objetivos y necesidades que capitalizar. Por ello, el encuentro representó un momento crucial para nuestra biografía como revista: nos sentimos acompañados en muchos de esos padecimientos y pasiones.
En ese sentido, el encuentro se convirtió en una vitrina de las necesidades colectivas de las revistas literarias. También me atrevería a decir que compartir con los otros jóvenes asistentes (poquísimos) fue sumamente importante, en la mayoría hemos encontrado un espíritu que dará batalla ante las complicaciones de hacer una revista de Literatura.
A pesar de estos puntos positivos, creo que el encuentro careció de un espíritu crítico hacia cuestiones sumamente importantes: ¿Por qué las sociedades como México deberían de leer nuestras publicaciones? ¿Qué hará que la iniciativa privada apoye nuestras publicaciones de manera sostenible? Como revistas culturales ¿Qué nos toca publicar, a Salvador Elizondo o a Los Tigres del Norte?



Manuel Noctis. Director melodramático de la revista alternativa Clarimonda

Se manejó mucho la idea de la nula aportación o inversión de las Instituciones de índole cultural (y en general) hacia estos proyectos editoriales, también se presentó mucho la idea o mejor dicho, la cuestión que estámos comenzando a vivir entre lo digital y lo impreso (sus pros y sus contras), otra cosa que se contó fue el hecho de darle continuidad a nuestros proyectos editoriales, que eramos unos "héroes" por mantener a flote todo esto, pero si me hubiera gustado que desde un punto auto-crítico se contemplara o se debatiera el tema sobre "la provincia", esto se comentó mucho tras bambalinas y creo que hubiera servido -no para quejarnos del centralismo o la distancia con el DF- sino precisamente ver y crear la manera de entablar vasos comunicantes entre los proyectos del norte, centro y sur del país (igual determinar las ventajas y desventajas y a partir de ahí crear posibilidades de crecimiento en esos otros puntos de la república). Yo tomaré (y seguiré tomando) las ideas de víncularnos con los demás, de hacernos difusión entre nosotros, de expandir más el campo de las limitaciones, o sea, dejar de lado el pensamiento de que si una Institución no ofrece el apoyo necesario dejar atrás el proyecto. Y creo que la trascendencia principal del Encuentro fue eso, encontrarnos en sí mismos, conocernos, conocer los otros proyectos, conocer sus maneras de trabajar, intercambiar experiencias, materiales, y las mismas ideas; creo que se generaron vínculos interesantes, lo mejor creo era habernos conocido bien todos con todos, pero bueno, como comentábamos con compañeros, lo importante de esto es que se habló, se conoció, se discutió y hubo derecho de réplica.



Mario Z Puglisi. Fundador y director de la revista Meretrices

Considero que todos los temas referentes a las revistas culturales, ya sea impresas o electrónicas, se abarcaron en el Encuentro. Sin embargo, destaco la serie de coincidencias que alcanzamos editores de diversas partes del país, que compartimos las mismas dificultades, los mismos problemas y preocupaciones. Se hizo evidente que los temas más delicados son el financiamiento de las revistas, ya sea por conducto de la iniciática privada o de la participación institucional, y los canales de distribución que deberían ser más amplios y dinámicos para que se unifique el ejercicio de edición en todo el país. Sobrevivir durante un tiempo prolongado realizando una revista cultural parece hoy más difícil que nunca; sin embargo, la necesidad es igual de latente que en los inicios. Coincidimos en el cómo las revistas virtuales, contrario a ser una amenaza para el formato físico, son un elemento que las enriquece, que las acerca y las renueva.


¿Podrías resumir en dos párrafos lo que tú planteaste en el Encuentro?


Adán Echeverría

Mi planteamiento fue muy simple, cuando uno tiene ganas de realizar la promoción cultural, la difusión del pensamiento humano, mediante la creación de un proyecto editorial, como lo son las publicaciones periódicas, no existen barreras, en esta actualidad, no lo es la economía, no lo es la tecnología, no lo son las instituciones públicas ni privadas, uno mismo es el único freno para las intenciones propias para el desarrollo de sus sueños. Uno debe centrarse en ser profesional, en ofrecer un producto acorde con las intenciones que pretende llegar a sus lectores. Toda la humanidad es su posible lector ideal.

Pedro Kumamoto

Mi participación fue orientada en ese sentido, las preguntas que nos planteemos colectivamente enriquecerán nuestras percepciones. Insistir en utilizar el diálogo como herramienta para dejar de “creer” que el estado debe apoyarnos como revistas, y así comenzar una discusión seria en donde se argumente con cifras, datos o investigaciones sobre las razones (y no credos) por los que una nación debería invertir su dinero en revistas culturales y no en más hospitales.
Considero que el mayor aprendizaje tiene que ver con hacerse preguntas a uno mismo. La reflexión se desprendió del proceso de ver a tantos y tantos editores, que sin preguntarse sobre la labor propia o cuestionar su desempeño ante la sociedad, se decían estar inconformes con los apoyos gubernamentales, con la falta de lectores, con la indiferencia de los impresores, por la rapiña que es la distribución, pero salvo honrosas excepciones, no escuché a ninguno hablar sobre soluciones o, por lo menos, preguntas que servirían como semilla de innovaciones en la manera de concebirnos como revistas.

Me siento muy satisfecho de dicho aprendizaje, hemos regresado a Guadalajara cuestionando nuestros principios como revista, quizás podría pensarse que regresamos a la crisis; nada más lejano: estamos en crecimiento.


Manuel Noctis

En el plano de la poesía (que fue lo que me tocó debatir) yo planteo que el poeta (hombre y mujer) deben enfocar su creación al más sentido estricto de la creación poética, pensando que su ego no debe de estar por encima de ello y que por lo tanto el editor de revistas (como paso inicial de la publicación) debe estar al tanto de ello y ser determinante entre lo que si publica y lo que no. En general planteo mucho la generación de vínculos.

Mario Z Puglisi

Mi participación se insertó en la mesa de discusión titulada “Los territorios del poeta”, así que lo planteado se centró principalmente en un diálogo sobre el desarrollo del poeta y la importancia en él de las revistas literarias, que funcionan como filtros para ir puliendo su trabajo y encontrando su voz. También realicé algunas reflexiones sobre la polémica de las revistas virtuales frente a las hechas en papel.
Aquí agradezco a todos los involucrados en la organización del encuentro que han alcanzado una calidad e importancia insuperables. Sólo nos resta que el esfuerzo se siga realizando cada año para llevar una bitácora y registro de lo que se está haciendo en revistas culturales de nuestro país.

jueves, 25 de agosto de 2011

LECTURA A CUATRO VOCES

Por Eduardo Estala Rojas
"En una ocasión, Jaime Sabines me confesó que él no enamoraba a las muchachas con sus poemas, sino con los de Pablo Neruda. Esa frase me sigue pareciendo fantástica, pues habla de la humildad de un gran poeta, de la falta de objetividad que se puede tener respecto a la propia obra y de una utilidad bastante lúdica de la literatura".Raquel Huerta-Nava


De acuerdo con el Diccionario de la Lengua Española

(1) la palabra lectura significa: acción de leer; obra o cosa leída; interpretación del sentido de un texto; variante de una o más palabras de un texto; disertación, exposición o discurso sobre un tema sorteado en oposiciones o previamente determinado; cultura o conocimientos de una persona.

Durante un par de días, me di a la tarea de preguntar a escritores, poetas, traductores, novelistas, académicos y periodistas:

¿Qué libros esenciales debe leer un estudiante para crearse una base literaria, que le permita decidir y disfrutar la lectura?

Éstas fueron algunas voces que respondieron a tal pregunta.


José Joaquín Blanco (Ciudad de México, 1951). Poeta, narrador, ensayista y traductor

"En principio, los libros clásicos que se recomiendan en preparatoria. Más clásicos que modernos. Pero no hay libros esenciales en el sentido de unos cuántos: la lectura debe ser abundante desde la adolescencia, de otra manera se vuelve ideológica, reductiva, defectuosa, supersticiosa; y no desarrolla en el joven las capacidades de lenguaje y pensamiento. Leer muy poco es siempre leer mal, así sea la Biblia (...) En todo caso, los clásicos (siglos de oro español, costumbristas mexicanos del siglo XIX, modernistas latinoamericanos, etc.), con privilegio de los originalmente escritos en castellano, y dejar los modernos y extranjeros, los traducidos y "de actualidad", al gusto de los muchachos".



Alberto Ruy Sánchez (Ciudad de México, 1951). Editor y escritor.

"En la lectura, como en el amor, no hay recomendación certera: cada quien tiene que experimentar mucho, hojear mucho, andar mucho entre las palabras para encontrar las suyas, las que le cambien la vida, el sentido de la vida. El que no ha encontrado los libros que le apasionen y le sean significativos es como el que nunca se ha enamorado. Leer es una dimensión de la vida que es profunda y muy personal. Por eso, aunque puede haber libros, compartidos por muchos como importantes, no existe un corpus de libros imprescindible para todos, o un canon. Hay que lanzarse a ver cuáles son los libros buenos para tu cuerpo. Por eso es importante que haya librerías donde se pueda perder el tiempo hojeando para ganarlo profundamente después con encuentros imprescindibles a los que se llega por la propia experiencia que nunca es intercambiable".


Pedro Ángel Palou (Ciudad de Puebla, 1966). Escritor y académico.

"Los clásicos griegos y latinos. Los clásicos de su país. En México (Sor Juana Inés de la Cruz, Manuel Payno, Agustín Yáñez, Juan Rulfo, Carlos Fuentes) y mucha, muchísima poesía de todas las épocas y lenguas. La poesía es la madre de todas las literaturas. Quien no aprecia la poesía no puede apreciar ningún libro".


Raquel Huerta-Nava (Ciudad de México, 1963). Poeta, historiadora y novelista.

"Los libros esenciales de una persona que comienza a familiarizarse con la lectura provienen de los clásicos antiguos y modernos. Generalmente son los (autores) favoritos de alguien de la familia los que se van recomendando de boca en boca, como pueden ser (Gabriel) García Márquez, Miguel de Cervantes Saavedra, Isabel Allende o Jaime Sabines.
En todo hogar existen estos libros, en ejemplares viejos, desgastados y subrayados pero entrañables para sus dueños. La vida de un libro al lado de su lector le otorga una mayor apropiación a la experiencia, el sitio donde fue adquirido, la fecha, la persona que lo obsequió, las circunstancias vitales durante su primera lectura que reviven en nosotros al releerlo. Son experiencias vitales, íntimas. Entre el lector y el libro se establece cierta complicidad extraña fundada en la imaginación emanada de la escritura. Por eso se sufre cuando un buen libro se convierte en película y, si el guión es fiel al libro, siempre se agradece como sucede, en mi opinión con El amor en los tiempos del cólera de Gabriel García Márquez.

Cada lector tendrá su canon, es decir, sus libros preferidos y autores que respondieron a circunstancias y búsquedas; páginas que brindaron enseñanzas y consejos o que nos permitieron asomarnos a realidades ajenas de la inabarcable experiencia humana. Al conformar un canon personal se pueden ver coincidencias generales con un canon mayor, llegando a los grandes cánones de occidente que nos rigen. Toda buena literatura, si lo es, resiste al paso del tiempo y de las modas. Muchos grandes autores fueron menospreciados por sus contemporáneos, muchos otros siempre gozaron de fama y fortuna, en este aspecto tampoco hay reglas. Ese es también el misterio de la escritura y la magia del alcance de la palabra".

***

El cambio comienza desde nuestra propia casa al rescatar las tradiciones orales de nuestros ancestros, al visitar bibliotecas públicas, librerías, ferias de libro, festivales de poesía. Un buen lector no nace, se hace.


Bibliografía:

(1) Diccionario de la Lengua Española (2001) 22.ª Ed., Espasa-Calpe, España, 2001, p. 1359, Tomo II. Madrid: Real Academia Española.

lunes, 22 de agosto de 2011

El planeta de los simios y sus secuelas (Sobre el filme: El origen del planeta de los simios: (r)evolución)

Por Jaime Perales Contreras

"Nunca segundas partes fueron buenas", escribió Miguel de Cervantes, en Don Quijote de la Mancha, quejándose amargamente en su época, que se había publicado otro Quijote de un autor que no era precisamente él ¿Qué habría dicho el célebre escritor español al ver que en el cine actualmente no sólo hay segundas partes, sino terceras, cuartas, quintas, sextas, séptimas, y así ad infinitum? Quizás no lo hubiera aprobado, por esa razón, mató a su personaje, el ingenioso Hidalgo, para evitar plagios y secuelas innecesarias de su novela. Esta actitud, un poco antagónica hacia Cervantes ocurre en El planeta de los simios: (r)evolución, séptimo filme basado en la millonaria franquicia de la Twentieth Century Fox, en donde los gorilas cuando hablan tienen mejor dicción que Lawrence Olivier en Hamlet.
¿Es realmente una nueva película? Como las novias cuando se van a casar, en este tipo de experimentos, siempre se tiene algo nuevo, algo viejo y algo prestado.

El planeta de los simios es una gran película filmada en la última década de los sesenta, protagonizada por Charlton Heston, basada en la novela del francés Pierre Boulle (La planéte des singes), publicada en 1963 y dirigida por Franklin J. Schaffner. La novela relata la historia de un planeta bizarro habitado por una raza superior de monos que viven en ciudades avanzadas y en donde el ser humano es sometido por ellos. La historia cautivó a Hollywood y le encargó a Rod Serling (creador de las series Dimensión desconocida y Galería nocturna) a que escribiese el guión. Por razones de presupuesto, en el filme los monos son menos inteligentes que en la novela y, por ende, las ciudades son menos avanzadas. Asimismo, El planeta de los simios tiene el famoso final en el que, en los últimos minutos de la película, sabemos que dicho planeta era realmente la tierra y que, por la codicia y arrogancia de los hombres, los monos habían desplazado al ser humano en la escala natural de evolución. A pesar de que tampoco se siguió completamente el guión de Serling al pie de la letra, debido a que, nuevamente, por razones de presupuesto, la película visualizada por el apodado O’ Henry de la televisión, hubiera sido muy costosa, se respetó su desenlace sorpresivo y poético, siempre característico en el material de este guionista norteamericano.

El novelista Pierre Boulle, por su parte, se quejó que no encontraba su novela en la película; sin embargo, al parecer, a nadie le importó buscarla, porque la película sextuplicó las ganancias de la inversión inicial de $5.8 millones de dólares que costó el filme en ese entonces.

El abrumador éxito de El planeta de los simios, hizo que se pensara necesariamente en una secuela, Charlton Heston, como Cervantes, pensaba que una segunda parte no era una buena idea: Ya se había dicho todo en el primer filme. Sin embargo, convencieron al actor a que repitiera brevemente su rol del astronauta Taylor. Heston aceptó con la condición de que su personaje muriera en Bajo el planeta de los simios. Se aprobó esta cláusula y se tomó tan en serio la palabra de Heston, debido a que no sólo él, sino que ¡el mundo entero falleció en el segundo filme! Al parecer, ahora sí todo se había dicho y no habría una posible secuela debido a que el planeta completo había sucumbido; sin embargo, nuevamente, el éxito de la película, hizo que Hollywood replanteara el tema y no sólo hiciera una tercera, sino una cuarta y hasta una quinta parte de la célebre película. Además, cuando se agotaron las ideas para hacer más secuelas, se realizó, al poco tiempo, una serie de televisión y una de dibujos animados, varias historietas cómicas basadas en los personajes, se produjo, además, numerosa mercancía y una nueva versión en el 2001, (lo que los enterados en cine llaman un reboot), dirigida por Tim Burton y estelarizada por Mark Wahlberg Es decir, la película de Burton, desconectó las referencias directas de sus predecesoras y reinició la historia a partir de cero.

A diez años de El planeta de los simios de Burton, el reciente filme, dirigido por Rupert Wyatt, El planeta de los simios:(r)evolución, protagonizado por James Franco y la bella actriz hindú Freida Pinto, tiene una idea similar a la del director de Batman. Es decir, no se necesita haber visto material previo para entender esta película, aunque hay referencias ocultas de los otros filmes. Ya que, como se dijo anteriormente, la película tiene algo nuevo, algo viejo y algo prestado.

Lo nuevo del filme es la historia en que se desenvuelve. En este caso, se trata de desarrollar un antígeno para curar el mal de Alzheimer. Los monos son los animales seleccionados que se utilizan en el experimento Al recibir el virus, sus facultades intelectuales mejoran, convirtiéndose en simios inteligentes. Sin embargo, la ciencia, combinada con la codicia, desencadena el clásico monstruo de Frankenstein que se vuelve contra sus creadores. Asimismo, otro elemento novedoso, en comparación a los otros filmes, son los efectos especiales. Las expresiones y gestos del actor Andy Serkis, quien tiene el papel del simio principal en la película, combinadas con animatronics generados por computadora, dirigen el filme hacia un panorama que no se había visto antes. Sin embargo, cuando César, el líder de la rebelión simiesca, expresa la única palabra en la película, no le queda a uno más remedio que sonreírse, por no decir carcajearse, debido a que el efecto no produce la credibilidad que sí hizo el maquillaje hecho por John Chambers para el filme original. De hecho, una de las condiciones para producir la primera versión de El planeta de los simios era que el público no se riera. Por ello, se hizo una prueba con un diálogo entre Charlton Heston y Edward G. Robinson, maquillado de mono. Los productores serios y adustos como tótem sacaron rápidamente la chequera y el filme se realizó.
En el caso de viejos elementos que se pueden apreciar en El planeta de los simios: (r)evolución, se encuentra material del cuarto filme titulado La conquista del planeta de los simios, en el cual, un simio inteligente, llamado César, se rebela al compartir los cientos de humillaciones y maltratos que tienen sus compañeros primates por parte de la raza humana. El personaje, de hecho, es mencionado desde la primera película de la franquicia como el fundador de la cultura simiesca.

Con respecto a lo prestado en el filme, hay varios elementos que se encuentran escondidos con respecto a sus antecesoras, como, por ejemplo, en el inicio, la persecución de los monos evoca las escenas del original planeta de los simios Igualmente, diversas partes del diálogo de la primer película, aparecen también en esta:"¡Quita tus sucias garras, apestoso simio!, !Esto un manicomio!" Varios de los nombres en la película, asimismo, hacen referencia a personajes de filmes anteriores: Landon, Dodge, Ojos brillantes, Cornelius, Zira e Icarus, este último, por cierto, es el nombre de la nave de los astronautas del primer filme, lo que sugiere como una de las posibles alternativas a una secuela de El planeta de los simios:( r)evolución

Por si quedaba alguna duda, el desenlace abierto de la película, obedece a que obligatoriamente se proyecta realizar una secuela de esta secuela que, en realidad, los productores, afirman, categóricamente, ¡que es una precuela! ¿Se entendió? ¿No mucho? Complicado, pero cierto. En este caso, se puede adivinar que el nuevo filme, sugiere, en cierto modo, como una de las posibles alternativas, la combinación de la nueva película con el antiguo material de la llamada Batalla por el planeta de los simios. Se puede inferir un poco el argumento de la potencial secuela uniendo los cabos entre lo viejo y lo nuevo de los monos de celuloide: El mundo de los hombres se esfuma debido al virus mortal que aparece en El planeta de los simios: (r)evolución. El virus es letal para los humanos y completamente inofensivo para los primates.

Entre el virus, y una serie de simios agitadores preparados para la guerra, la raza humana al parecer, se encontraría en extinción en esta especulación cinematográfica hecha por el autor de esta nota, pero, eso sí nunca, jamás de los jamases, se extinguirá, al parecer, la franquicia de El planeta de los simios. ¡Primero se acaba el mundo! ¿Nunca segundas partes fueron buenas? Es verdad, nunca. Sin embargo, atrévase a formular esa pregunta a los productores de cine de la Fox y adivine lo que le van a contestar.

jueves, 11 de agosto de 2011

¿DE VERDAD ESTAMOS TAN SOLOS?

Por Efraín Bartolomé


Son las 4:43 de la mañana del día 11 de agosto de 2011.

Hace aproximadamente dos horas un grupo de hombres armados irrumpieron en mi casa ubicada en Conkal 266 (esq. Becal), Col. Torres de Padierna, 14200, México, D. F.

Comenzamos a escuchar golpes violentos como contra una puerta metálica y me extrañó porque se escuchaba demasiado cerca y no hay ninguna puerta así en la casa.

Prendí la luz.

Los golpes arreciaban ahora como contra nuestras puertas de madera.

Quité la tranca que protege la puerta de nuestra recámara y me asomé al pasillo: hacia el comedor veía luces (¿verdosas? ¿azulosas? ¿intermitentes?) acompañando los golpes violentos contra el cristal que da al sur.

Mi mujer me gritó que me metiera.

Así lo hice apresuradamente y alcancé a poner la tranca de nuevo.

Oí cristales rompiéndose y pasos violentos hacia nuestra recámara: rápidos y fuertes.

“¡Abran la puerta!” era el grito que se repetía antes de que empezaran a golpear con violencia mayor nuestra puerta con tranca.

Nos encerramos en el baño y busqué a tientas un silbato que cuelga de un muro sin repellar: comencé a soplarlo con desesperación, unas diez veces, quizá.

Mi mujer está llamando a la policía.

Les dice que están entrando a la casa, que vengan pronto por favor, que nos auxilien.
Yo sigo soplando el silbato con desesperación.

En la oscuridad, mi mujer se ubicó tras de mí mientras oíamos que la tranca de la puerta se quebraba y los hombres entraban.

¿Tres, cuatro, cinco?

Quise cerrar la puerta del baño pero ya no alcancé a hacerlo.

Empujé unas cajas hacia dicha puerta y en algo estorbó los empujones.

“¡Abran la puerta! ¡Abran la puerta, hijos de la chingada...!” gritaban mientras empujaban y metían sus rifles negros hacia el interior.

Quise detener la puerta con mis manos pero no tenía sentido: vencieron mi mínima resistencia y entraron.

Policías vestidos de negro, con pasamontañas y lo que supongo que serían “rifles de alto poder”.

“¡Al suelo! ¡Al suelo! ¡Al suelo, hijos de la chingada! ¡Al suelo y no se muevan!”

Uno de los hombres me da un manazo en la cabeza y me tira los lentes.

Alcanzo a pescarlos antes de que toquen el suelo.

Me quita el silbato.

−¡No golpee a mi esposo! –grita mi mujer.

−¡El teléfono! ¡Déme el teléfono! –le responde y pregunta si no tenemos otro teléfono o un celular.

Ella y yo nos arrodillamos primero y después nos medio sentamos en el suelo de cemento de este baño sin terminar.

Policías jorobados y nocturnos, como en el romance de García Lorca.

Quién lo diría: aquí, en nuestra amada casa donde cultivamos y enseñamos la armonía.

Aquí...

Justo aquí estos hombres de negro, con pasamontañas, con guantes, con rifles de asalto, con chalecos o chamaras que tienen inscritas las siglas blancas PFP, nos apuntan con sus armas a la cabeza.

Uno de ellos, siempre amenazante, nos interroga.

Dos más permanecen en la puerta.

− ¡Las armas! ¡Dónde están las armas!

− Aquí no hay armas, señor, somos gente de trabajo.

− ¡A qué se dedica!”

−Soy psicoterapeuta y escribo libros.

−¿Desde cuándo vive aquí?

− Desde hace treinta años...

−Cómo se llama.

−Efraín Bartolomé.

−Cuántos años tiene.

−60.

−A qué se dedica.

−Ya se lo dije, señor, soy psicólogo y escribo libros.

−Usted cómo se llama... –se dirige a mi mujer.

−Guadalupe Belmontes de Bartolomé.

−A qué se dedica.

−Soy arqueóloga y ama de casa.

−Cuántos años tiene.

−54.

−Tranquilos. Respiren profundo... Voy a verificar los datos.

El hombre sale.

Oigo ruidos en toda la casa.

Están vaciando cajones, abriendo puertas, pisando fuerte sobre la duela de madera.

Oigo ruidos afuera, en el cuarto de huéspedes, en la torre, en el estudio de abajo.

Nos cambiamos de posición.

Mi mujer pone algo sobre el frío piso de cemento.

Cinco o siete minutos después regresa el hombre y repite su interrogatorio.

Si recibimos gente en la casa, con qué frecuencia, cada cuánto salimos de viaje, quién cuida
entonces.

Respondemos a todo brevemente.

Dice nuevamente que va a verificar los datos y que volverá a decirnos porqué están aquí.
El tiempo pasa.

Oímos que abren nuestro carro en el garage.

Voces ininteligibles en el patio del norte.

Más tiempo.

Varios minutos después se oyen motores que se prenden y carros que arrancan.

Mi mujer y yo seguimos en la oscuridad.

Comenzamos a movernos.

Sólo silencio.

Nos incorporamos con cierto temor.

Salimos del baño hacia la recámara iluminada.

Desorden.

Cajones abiertos.

Cosas volcadas en el buró.

La chapa de la puerta en el suelo.

Restos de la tranca destrozada.

La puerta de tambor machacada y rota, pandeada en su parte media.

Salimos al pasillo: un cuadro en el suelo y abiertas las puertas de lo que fueron las recámaras de mis hijos.

Desorden en el interior: maletas y cajas abiertas, cajones vaciados.

Vamos hacia el comedor: uno de los vidrios roto en su ángulo inferior izquierdo, muchos cristales en el piso.

La puerta de la sala está rota de la misma forma en que rompieron la de nuestra recámara: la chapa en el suelo y fragmentos de duela en el piso.

Está abierta la puerta de la torre y prendidas las luces del cuarto de huéspedes.

Salimos por la puerta de la sala y nos asomamos con cierto temor.

Nada.

Mi mujer llama por segunda vez a la policía.

Es en vano: piden los datos una vez más.

Dicen que ya enviaron una unidad.

Llego a la barda y me asomo: no hay carros.

El portón del garage está intacto.

Bajamos las escaleras hasta la puerta de acceso: rota igual que las de adentro.

El estudio de abajo está con las luces prendidas.

De por sí desordenado, ahora lo está más.

Vamos hacia la torre y entramos al cuarto de huéspedes: cajones volcados, revistas en el suelo, cosas sobre la mesa, puertas del clóset colgando, zafadas de su riel inferior.

Subo al tercer piso: una esculturita de alambre volcada pero no se nota demasiado desorden.
Subo a los pisos superiores: no hay daño en la salita de arte.

En el último piso dejaron abierta la puerta a la terraza.

Volvemos al interior: queremos tomar fotos pero no está la cámara de mi mujer que estaba sobre el buró.

“¡Tampoco está la memoria de mi computadora!”, grita.

También se la llevaron

Quiero ver la hora y voy al buró por mi reloj: ha desaparecido mi querido Omega Speedmaster Professional que me acompañó por casi cuarenta años.

Tiene mi nombre grabado en la parte posterior: Efraín Bartolomé.

Oímos que un auto se estaciona y nos asomamos.

Mi mujer llama una vez más a la policía: lo mismo.

Ya tienen los datos pero nunca enviaron apoyo.

Indefensión.

Del auto blanco baja un joven y avanza hacia la esquina.

Se asoma y regresa.

Lo saludo y responde.

Le preguntamos qué pasa y responde que viene en atención a una llamada de su amiga que vive a la vuelta y a cuya casa también se metieron.

Mi mujer pregunta de qué familia se trata, cómo se apellida.

Magaña, responde el joven.

¡Es Paty!, dice mi mujer.

Salimos a la calle y voy hacia allá.

Encontramos a Patricia Magaña, bióloga, investigadora universitaria, acompañada de su papá, en la calle.

Entraron a ambas casas la de ella y la de sus padres, con la misma violencia que a la nuestra.
Patricia y su hija estaban solas.

Sus padres octogenarios también estaban solos.

Volvemos a nuestra casa vejada y con la puerta rota.

Atranco la destruida puerta de la calle.

Con todo, mantenemos una sorprendente calma.

“Pudieron habernos matado”, dice mi mujer.

Yo imagino por unos segundos nuestros cuerpos ensangrentados en el baño en desorden.

¿Sabe el presidente Calderón esto que pasa en las casas de la ciudad?

¿Lo sabe Marcelo Ebrard?

¿Lo sabe el procurador Mancera?

¿Ordenan Maricela Morales o Genaro García Luna estos operativos?

¿Sabrán quién fue el encargado de este acto en contra de inocentes?

Antenoche volvimos a casa levitando, en la felicidad más plena, tras la amorosa y conmovedora recepción del público ante nuestro libro presentado en Bellas Artes.

Un día después, en la atroz madrugada, la PFP irrumpe violentamente en nuestra casa, quiebra nuestras puertas, destruye los cristales, hurga sin respeto en nuestra más íntima propiedad, nos amenaza con armas poderosas a mi bella mujer y a mí, a la edad que tenemos...

Y pensar que también son humanos los que hacen esto contra su prójimo.

Subo al estudio a escribir esto.

Allá, abajo, la ciudad parece embellecida por la calma.

Arriba la impasible Luna de agosto, casi llena.

Son ya las 6:35 de la mañana.

La luz de oriente comienza a colorear y a inflamar el horizonte.

La policía nunca llegó.

¿De verdad estamos tan solos?