Soliloquio Del
Individuo
Yo soy el Individuo.
Primero viví en una roca
(Allí grabé algunas figuras).
Luego busqué un lugar más
apropiado.
Yo soy el Individuo.
Primero
tuve que procurarme alimentos,
Buscar
peces, pájaros, buscar leña
(Ya me
preocuparía de los demás asuntos).
Hacer una
fogata,
Leña,
leña, dónde encontrar un poco de leña,
Algo de
leña para hacer una fogata,
Yo soy el
Individuo.
Al mismo
tiempo me pregunté,
Fui a un
abismo lleno de aire;
Me
respondió una voz:
Yo soy el
Individuo.
Después
traté de cambiarme a otra roca,
Allí
también grabé figuras,
Grabé un
río, búfalos,
Grabé una
serpiente
Yo soy el
Individuo.
Pero no.
Me aburrí de las cosas que hacía,
El fuego
me molestaba,
Quería
ver más,
Yo soy el
Individuo.
Bajé a un
valle regado por un río,
Allí
encontré lo que necesitaba,
Encontré
un pueblo salvaje,
Una
tribu,
Yo soy el
Individuo.
Vi que
allí se hacían algunas cosas,
Figuras
grababan en las rocas,
Hacían
fuego, ¡también hacían fuego!
Yo soy el
Individuo.
Me
preguntaron que de dónde venía.
Contesté
que sí, que no tenía planes determinados,
Contesté
que no, que de allí en adelante.
Bien.
Tomé
entonces un trozo de piedra que encontré en un río
Y empecé
a trabajar con ella,
Empecé a
pulirla,
De ella
hice una parte de mi propia vida.
Pero esto
es demasiado largo.
Corté
unos árboles para navegar,
Buscaba
peces,
Buscaba
diferentes cosas,
(Yo soy
el Individuo).
Hasta que
me empecé a aburrir nuevamente.
Las
tempestades aburren,
Los
truenos, los relámpagos,
Yo soy el
Individuo.
Bien. Me
puse a pensar un poco,
Preguntas
estúpidas se me venían a la cabeza.
Falsos
problemas.
Entonces
empecé a vagar por unos bosques.
Llegué a
un árbol y a otro árbol;
Llegué a
una fuente,
A una
fosa en que se veían alguans ratas:
Aquí
vengo yo, dije entonces,
¿Habéis
visto por aquí una tribu,
Un pueblo
salvaje que hace fuego?
De este
modo me desplacé hacia el oeste
Acompañado
por otros seres,
O más
bien solo.
Para ver
hay que creer, me decían,
Yo soy el
Individuo.
Formas
veía en la obscuridad,
Nubes tal
vez,
Tal vez
veía nubes, veía relámpagos,
A todo
esto habían pasado ya varios días,
Yo me
sentía morir;
Inventé
unas máquinas,
Construí
relojes,
Armas,
vehículos,
Yo soy el
Individuo.
Apenas
tenía tiempo para enterrar a mis muertos,
Apenas
tenía tiempo para sembrar,
Yo soy el
Individuo.
Años más
tarde concebí unas cosas,
Unas
formas,
Crucé las
fronteras
Y
permanecí fijo en una especie de nicho,
En una
barca que navegó cuarenta días,
Cuarenta
noches,
Yo soy el
Individuo.
Luego
vinieron unas sequías,
Vinieron
unas guerras,
Tipos de
color entraron al valle,
Pero yo
debía seguir adelante,
Debía
producir.
Produje
ciencia, verdades inmutables,
Produje
tanagras,
Di a luz
libros de miles de páginas,
Se me
inchó la cara,
Construí
un fonógrafo,
La
máquina de coser,
Empezaron
a aparecer los primeros automóviles,
Yo soy el
Individuo.
Alguien
segregaba planetas,
¡Arboles
segregaba!
Pero yo
segregaba herramientas,
Muebles,
útiles de escritorio,
Yo soy el
Individuo.
Se
construyeron también ciudades,
Rutas
Instituciones
religiosas pasaron de moda,
Buscaban
dicha, buscaban felicidad,
Yo soy el
Individuo.
Después
me dediqué mejor a viajar,
A
practicar, a practicar idiomas,
Idiomas,
Yo soy el
Individuo.
Miré por
una cerradura,
Sí, miré,
qué digo, miré,
Para
salir de la duda miré,
Detrás de
unas cortinas,
Yo soy el
Individuo.
Bien.
Mejor es
tal vez que vuelva a ese valle,
A esa
roca que me sirvió de hogar,
Y empiece
a grabar de nuevo,
De atrás
para adelante grabar
El mundo
al revés.
Pero no: la vida no tiene sentido.
Manifiesto
Señoras y señores
Esta es nuestra última palabra.
-Nuestra primera y última palabra-
Los poetas bajaron del Olimpo.
Para
nuestros mayores
La poesía fue un objeto de lujo
Pero para nosotros
Es un artículo de primera necesidad:
No podemos vivir sin poesía.
A
diferencia de nuestros mayores
-Y esto lo digo con todo respeto-
Nosotros sostenemos
Que el poeta no es un alquimista
El poeta es un hombre como todos
Un albañil que construye su muro:
Un constructor de puertas y ventanas.
Nosotros
conversamos
En el lenguaje de todos los días
No creemos en signos cabalísticos.
Además
una cosa:
El poeta está ahí
Para que el árbol no crezca torcido.
Este es
nuestro mensaje.
Nosotros denunciamos al poeta demiurgo
Al poeta Barata
Al poeta Ratón de Biblioteca.
Todos estos señores
-Y esto lo digo con mucho respeto-
Deben ser procesados y juzgados
Por construir castillos en el aire
Por malgastar el espacio y el tiempo
Redactando sonetos a la luna
Por agrupar palabras al azar
A la última moda de París.
Para nosotros no:
El pensamiento no nace en la boca
Nace en el corazón del corazón.
Nosotros
repudiamos
La poesía de gafas oscuras
La poesía de capa y espada
La poesía de sombrero alón.
Propiciamos en cambio
La poesía a ojo desnudo
La poesía a pecho descubierto
La poesía a cabeza desnuda.
No creemos en ninfas ni tritones.
La poesía tiene que ser esto:
Una muchacha rodeada de espigas
O no ser absolutamente nada.
Ahora
bien, en el plano político
Ellos, nuestros abuelos inmediatos,
¡Nuestros buenos abuelos inmediatos!
Se refractaron y se dispersaron
Al pasar por el prisma de cristal.
Unos pocos se hicieron comunistas.
Yo no sé si lo fueron realmente.
Supongamos que fueron comunistas,
Lo que sé es otra cosa:
Que no fueron poetas populares,
Fueron unos reverendos poetas burgueses.
Hay que
decir las cosas como son:
Sólo uno que otro
Supo llegar al corazón del pueblo.
Cada vez que pudieron
Se declararon de palabra y de hecho
Contra la poesía dirigida
Contra la poesía del presente
Contra la poesía proletaria.
Aceptemos
que fueron comunistas
Pero la poesía fue un desastre
Surrealismo de segunda mano
Decadentismo de tercera mano
Tablas viejas devueltas por el mar.
Poesía adjetiva
Poesía nasal y gutural
Poesía arbitraria
Poesía copiada de los libros
Poesía basada
En la revolución de la palabra
En circunstancias de que debe fundarse
En la revolución de las ideas.
Poesía de círculo vicioso
Para media docena de elegidos:
«Libertad absoluta de expresión».
Hoy nos
hacemos cruces preguntando
Para qué escribían esas cosas
¿Para asustar al pequeño burgués?
¡Tiempo perdido miserablemente!
El pequeño burgués no reacciona
Sino cuando se trata del estómago.
¡Qué lo
van a asustar con poesías!
La
situación es ésta:
Mientras ellos estaban
Por una poesía del crepúsculo
Por una poesía de la noche
Nosotros propugnamos
La poesía del amanecer.
Este es nuestro mensaje,
Los resplandores de la poesía
Deben llegar a todos por igual
La poesía alcanza para todos.
Nada más,
compañeros
Nosotros condenamos
-Y esto sí que lo digo con respeto-
La poesía de pequeño dios
La poesía de vaca sagrada
La poesía de toro furioso.
Contra la
poesía de las nubes
Nosotros oponemos
La poesía de la tierra firme
-Cabeza fría, corazón caliente
Somos tierrafirmistas decididos-
Contra la poesía de café
La poesía de la naturaleza
Contra la poesía de salón
La poesía de la plaza pública
La poesía de protesta social.
Los poetas bajaron del Olimpo.