domingo, 12 de febrero de 2012

El regreso del cine mudo




Por Jaime Perales Contreras

El artista (2011) es una película sui generis. Es muda y en blanco y negro. Dos elementos que generalmente el cine de hoy omite. ¿Cuántos filmes de este tipo se han realizado en la época moderna? Muy pocos.
Como ejemplos se pueden encontrar algunos experimentos, como la película Film (1965), escrita por el premio Nóbel de literatura Samuel Beckett, y que tenía como protagonista a Búster Keaton; leyenda del cine cómico mudo y a quien Beckett admiraba profundamente. Se encuentran también La última locura de Mel Brooks (Silent Movie) (1976),  una  divertida  parodia de las películas cómicas de los veinte, en donde no se escucha, a lo largo de dos horas, más que una sola  palabra.  Hay, asimismo, algunos directores nostálgicos de la época, como Francis Ford Coppola, George Lucas y el historiador fílmico Kevin Brownlow, que se les ocurrió restaurar Napoleón (1927), el titánico e incompleto filme de  Abel Gance, e incluir con él un hermoso soundtrack compuesto en 1980 por  el padre de Francis Ford, Carmine Coppola. También se dieron algunas adaptaciones musicales pop, como es el caso de Metrópolis (1927), del director alemán Fritz Lang, que Giorgio Moroder, junto con un mosaico de canciones de diferentes grupos musicales, compuso para la película una banda original en 1984.
  El artista, realizada por el francés Michel Hazanavicius no se compara con ninguno de estos ejercicios. Es una película moderna, un drama, en donde somos testigos del ascenso y caída de una estrella del cine mudo, a fines de la década de los veinte, cuando ésta es desplazada por el filme sonoro.
El director  de El artista vuelve  a utilizar a los dos actores principales de su primer filme: Jean Dujardin y Berenice Bejo. Y, aunque la película perdió la Palma de Oro, en el pasado festival de Cannes, Dujardin ganó el premio como el mejor actor.
El filme, asimismo, ha sido recibido con beneplácito por la crítica y por el público debido a que, inicialmente, se exhibió de manera muy limitada por el temor de la reacción que se tendría al ver una película muda. El artista actualmente cuenta con 10 nominaciones para el Oscar de la academia, entre las que se incluyen las de  Dujardin y Bejó para el mejor actor y actriz respectivamente, y la de mejor película.
La idea de hacer una película en donde no hubiera sonido, no se había tomado muy enserio. Sin embargo, las dos parodias sobre los filmes de James Bond, OSS 117: Le Caire nid d'espions, (2006) y OSS 117: Rio Ne Répond Plus (2009) ambas éxitos internacionales y realizadas por el mismo director, hicieron que la situación fuera favorable para producirla.
Algunos han mencionado que El artista podría reformular el cine para que se vuelvan a realizar películas mudas. Es difícil de pensar que una sola película pueda cambiar la actitud del cine contemporáneo. Sin embargo, la idea no deja de  generar curiosidad.  Ya que ver un filme mudo actualmente es casi como ser un lector de poesía. Sin embargo, la poesía, aunque con un público menor, tiene sus seguidores y, no se debe de olvidar, que el género poético fue el precursor de otros parientes artísticos más populares,  como es la novela. Sin la poesía no habría literatura y sin el cine mudo, simplemente, no habría cine.

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