Literal continúa con el diálogo recientemente establecido con editores de revistas independientes. En esta ocasión conversamos con Federico de la Vega, director de Separata, revista de pensamiento y ejercicio artístico.
RMS: ¿Qué significa editar en México cuando las estadísticas no reportan un alto índice de lectura en nuestro país?
Federico de la Vega: Mira, edito Separata por fascinación, por la admiración que le tengo a los escritores, por el placer de leer trabajos de creación desde una perspectiva crítica para poder seleccionar y ordenar cada número. Hay en mí una necesidad que atiende al gusto por el oficio. Ese es el primer impulso que me mueve para mantener una publicación mensualmente.
El índice de lectura que mencionas es una situación que ha existido siempre en nuestro país y es consecuencia de la política. México tiene problemas muy graves, que en pleno siglo XXI es una vergüenza reconocer: salud pública, educación, seguridad y fuentes de trabajo principalmente. Mientras no haya una distribución más equitativa de la riqueza, la sociedad no podrá atender a asuntos como la apreciación del arte o la exquisitez de la lectura; la gente está seriamente preocupada por buscar un empleo, en sacar la comida del día y en obtener seguridad social. Un simple ejemplo: el gobierno aparenta que está preocupado por desarrollar programas de promoción a la lectura; piensa que un libro cuesta unos trescientos pesos y que con ese dinero come una familia de cinco integrantes durante unos tres o cuatro días ¿Crees que por lo menos contemplan la idea de leer? ¡Claro que no! Pues bien, más o menos el sesenta por ciento de la población está en esa situación, en la que su única preocupación es sobrevivir. Y ya no hablemos de otros problemas como el acceso a la educación; hay un índice muy alto de individuos que no saben leer. Si verdaderamente el Gobierno estuviera preocupado porque los individuos leyeran, plantearían un proyecto de Estado en donde el objetivo fuera una mejor calidad de vida de los mexicanos, con mejores expectativas y mayores oportunidades no sólo de desarrollo económico sino humano.
RMS: Se dice que las editoriales independientes somos el espacio vital de las letras mexicanas pero a la vez, la labor del editor es muy poco reconocida. ¿A qué atribuyes esta disparidad entre el esfuerzo invertido y la poca retribución que se recibe?
FDV: Creo que la labor de quien publica una revista de Literatura es un compromiso grande, ya que en México contamos con una larga tradición que ha dado revistas de prestigio por la calidad en sus propuestas estéticas y en su visión crítica; muchas veces esas revistas han sido el espacio donde surgieron escritores y artistas que hicieron gran trayectoria. Pienso que los editores quienes nos proponemos mostrar la literatura contemporánea, trabajamos a la sombra de esas grandes revistas y sólo con los años nos daremos cuenta si cumplimos o no. En este sentido, sí creo que las revistas independientes sean ese “espacio vital de las letras mexicanas” que mencionas; pienso que nuestra labor es “buscar” nuevos autores, las propuestas más interesantes que están surgiendo en nuestros días, para que converjan en un contexto político, social, económico y cultural a través de una publicación.
Respecto a que es muy poco reconocida la labor del Editor, te diría que, en lo personal, el reconocimiento viene de los autores que aceptan la invitación a publicar y que quedan agradecidos, y de los lectores que están al pendiente de la revista y se acercan para darnos su opinión. La satisfacción es ver el objeto, mes con mes, con nuestro errores y aciertos, y saber que podemos perfeccionar nuestro trabajo.
RMS: ¿Cuál es tu perspectiva con respecto a los e books y el internet? ¿Cómo crees que éstos afecten tu labor como editor?
FDV: No pienso mucho en esas cosas. Creo que productos como los e books atienden a un mercado que se van creando las grandes industrias para generar en el consumidor nuevas necesidades; ellos están preocupados por generar riqueza económica con el pretexto de hacer la vida más sencilla. Y si piensas que tiramos solamente unos mil doscientos ejemplares de Separata, los cuales distribuimos de mano en mano, te das cuenta de que ni siquiera estamos en el mismo discurso.
Desde luego que esos productos cumplen con una función sensata, como la comunicación o la movilidad de los individuos sin necesidad de limitar sus actividades. Pero, en este sentido, hay dos aspectos a considerar; uno repercute en el asunto de la lectura y el otro en la labor editorial. Con productos como el e book es evidente que el medio de la lectura cambia, pero la labor intelectual es la misma. En cambio, la labor editorial tiene un mercado delimitado por otras características y necesidades, en particular, la de seguir documentando la actividad intelectual de generaciones a través del tiempo, visto el libro como vestigio cultural, independientemente de la oferta y la demanda del mercado.
RMS: Se ha especulado mucho sobre el final del papel. ¿Crees que la web logre desplazar a los libros y las revistas físicas?
FDV: No, no lo creo. Pienso que la web es para distribuir información de manera masiva, para facilitar la comunicación entre las personas. En cambio, los libros y las revistas sirven para dar placer, un placer raro, desde luego. El hombre es un ser de sentidos y siempre tendrá la necesidad de oler el papel, de palparlo, cuando está leyendo; y es que leer Literatura es el acto de reflexionar sobre el hombre mismo, de reconocerse en las diferentes actividades y situaciones que lo caracterizan como ser humano. Creo que el libro es el gran proyecto del hombre.
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