Por Jaime Perales Contreras
"Nunca segundas partes fueron buenas", escribió Miguel de Cervantes, en Don Quijote de la Mancha, quejándose amargamente en su época, que se había publicado otro Quijote de un autor que no era precisamente él ¿Qué habría dicho el célebre escritor español al ver que en el cine actualmente no sólo hay segundas partes, sino terceras, cuartas, quintas, sextas, séptimas, y así ad infinitum? Quizás no lo hubiera aprobado, por esa razón, mató a su personaje, el ingenioso Hidalgo, para evitar plagios y secuelas innecesarias de su novela. Esta actitud, un poco antagónica hacia Cervantes ocurre en El planeta de los simios: (r)evolución, séptimo filme basado en la millonaria franquicia de la Twentieth Century Fox, en donde los gorilas cuando hablan tienen mejor dicción que Lawrence Olivier en Hamlet.
¿Es realmente una nueva película? Como las novias cuando se van a casar, en este tipo de experimentos, siempre se tiene algo nuevo, algo viejo y algo prestado.
El planeta de los simios es una gran película filmada en la última década de los sesenta, protagonizada por Charlton Heston, basada en la novela del francés Pierre Boulle (La planéte des singes), publicada en 1963 y dirigida por Franklin J. Schaffner. La novela relata la historia de un planeta bizarro habitado por una raza superior de monos que viven en ciudades avanzadas y en donde el ser humano es sometido por ellos. La historia cautivó a Hollywood y le encargó a Rod Serling (creador de las series Dimensión desconocida y Galería nocturna) a que escribiese el guión. Por razones de presupuesto, en el filme los monos son menos inteligentes que en la novela y, por ende, las ciudades son menos avanzadas. Asimismo, El planeta de los simios tiene el famoso final en el que, en los últimos minutos de la película, sabemos que dicho planeta era realmente la tierra y que, por la codicia y arrogancia de los hombres, los monos habían desplazado al ser humano en la escala natural de evolución. A pesar de que tampoco se siguió completamente el guión de Serling al pie de la letra, debido a que, nuevamente, por razones de presupuesto, la película visualizada por el apodado O’ Henry de la televisión, hubiera sido muy costosa, se respetó su desenlace sorpresivo y poético, siempre característico en el material de este guionista norteamericano.
El novelista Pierre Boulle, por su parte, se quejó que no encontraba su novela en la película; sin embargo, al parecer, a nadie le importó buscarla, porque la película sextuplicó las ganancias de la inversión inicial de $5.8 millones de dólares que costó el filme en ese entonces.
El abrumador éxito de El planeta de los simios, hizo que se pensara necesariamente en una secuela, Charlton Heston, como Cervantes, pensaba que una segunda parte no era una buena idea: Ya se había dicho todo en el primer filme. Sin embargo, convencieron al actor a que repitiera brevemente su rol del astronauta Taylor. Heston aceptó con la condición de que su personaje muriera en Bajo el planeta de los simios. Se aprobó esta cláusula y se tomó tan en serio la palabra de Heston, debido a que no sólo él, sino que ¡el mundo entero falleció en el segundo filme! Al parecer, ahora sí todo se había dicho y no habría una posible secuela debido a que el planeta completo había sucumbido; sin embargo, nuevamente, el éxito de la película, hizo que Hollywood replanteara el tema y no sólo hiciera una tercera, sino una cuarta y hasta una quinta parte de la célebre película. Además, cuando se agotaron las ideas para hacer más secuelas, se realizó, al poco tiempo, una serie de televisión y una de dibujos animados, varias historietas cómicas basadas en los personajes, se produjo, además, numerosa mercancía y una nueva versión en el 2001, (lo que los enterados en cine llaman un reboot), dirigida por Tim Burton y estelarizada por Mark Wahlberg Es decir, la película de Burton, desconectó las referencias directas de sus predecesoras y reinició la historia a partir de cero.
A diez años de El planeta de los simios de Burton, el reciente filme, dirigido por Rupert Wyatt, El planeta de los simios:(r)evolución, protagonizado por James Franco y la bella actriz hindú Freida Pinto, tiene una idea similar a la del director de Batman. Es decir, no se necesita haber visto material previo para entender esta película, aunque hay referencias ocultas de los otros filmes. Ya que, como se dijo anteriormente, la película tiene algo nuevo, algo viejo y algo prestado.
Lo nuevo del filme es la historia en que se desenvuelve. En este caso, se trata de desarrollar un antígeno para curar el mal de Alzheimer. Los monos son los animales seleccionados que se utilizan en el experimento Al recibir el virus, sus facultades intelectuales mejoran, convirtiéndose en simios inteligentes. Sin embargo, la ciencia, combinada con la codicia, desencadena el clásico monstruo de Frankenstein que se vuelve contra sus creadores. Asimismo, otro elemento novedoso, en comparación a los otros filmes, son los efectos especiales. Las expresiones y gestos del actor Andy Serkis, quien tiene el papel del simio principal en la película, combinadas con animatronics generados por computadora, dirigen el filme hacia un panorama que no se había visto antes. Sin embargo, cuando César, el líder de la rebelión simiesca, expresa la única palabra en la película, no le queda a uno más remedio que sonreírse, por no decir carcajearse, debido a que el efecto no produce la credibilidad que sí hizo el maquillaje hecho por John Chambers para el filme original. De hecho, una de las condiciones para producir la primera versión de El planeta de los simios era que el público no se riera. Por ello, se hizo una prueba con un diálogo entre Charlton Heston y Edward G. Robinson, maquillado de mono. Los productores serios y adustos como tótem sacaron rápidamente la chequera y el filme se realizó.
En el caso de viejos elementos que se pueden apreciar en El planeta de los simios: (r)evolución, se encuentra material del cuarto filme titulado La conquista del planeta de los simios, en el cual, un simio inteligente, llamado César, se rebela al compartir los cientos de humillaciones y maltratos que tienen sus compañeros primates por parte de la raza humana. El personaje, de hecho, es mencionado desde la primera película de la franquicia como el fundador de la cultura simiesca.
Con respecto a lo prestado en el filme, hay varios elementos que se encuentran escondidos con respecto a sus antecesoras, como, por ejemplo, en el inicio, la persecución de los monos evoca las escenas del original planeta de los simios Igualmente, diversas partes del diálogo de la primer película, aparecen también en esta:"¡Quita tus sucias garras, apestoso simio!, !Esto un manicomio!" Varios de los nombres en la película, asimismo, hacen referencia a personajes de filmes anteriores: Landon, Dodge, Ojos brillantes, Cornelius, Zira e Icarus, este último, por cierto, es el nombre de la nave de los astronautas del primer filme, lo que sugiere como una de las posibles alternativas a una secuela de El planeta de los simios:( r)evolución
Por si quedaba alguna duda, el desenlace abierto de la película, obedece a que obligatoriamente se proyecta realizar una secuela de esta secuela que, en realidad, los productores, afirman, categóricamente, ¡que es una precuela! ¿Se entendió? ¿No mucho? Complicado, pero cierto. En este caso, se puede adivinar que el nuevo filme, sugiere, en cierto modo, como una de las posibles alternativas, la combinación de la nueva película con el antiguo material de la llamada Batalla por el planeta de los simios. Se puede inferir un poco el argumento de la potencial secuela uniendo los cabos entre lo viejo y lo nuevo de los monos de celuloide: El mundo de los hombres se esfuma debido al virus mortal que aparece en El planeta de los simios: (r)evolución. El virus es letal para los humanos y completamente inofensivo para los primates.
Entre el virus, y una serie de simios agitadores preparados para la guerra, la raza humana al parecer, se encontraría en extinción en esta especulación cinematográfica hecha por el autor de esta nota, pero, eso sí nunca, jamás de los jamases, se extinguirá, al parecer, la franquicia de El planeta de los simios. ¡Primero se acaba el mundo! ¿Nunca segundas partes fueron buenas? Es verdad, nunca. Sin embargo, atrévase a formular esa pregunta a los productores de cine de la Fox y adivine lo que le van a contestar.
Voy a tener que ser el primero que disienta con la nota, (creo que disentir se está volviendo costumbre en mí). Pero ante la frase "Nunca segundas partes fueron buenas", hay excepciones, como en todo. Así pues tenemos al menos algunos ejemplos en los que las segundas partes no solo fueron buenas, me atreveré a decir que hasta mejores:
ResponderEliminar•La Muerte tenía un Precio (Sergio Leone, 1965)
•El Padrino II (F.F. Coppola, 1974)
•Superman II (R. Lester & R. Donner, 1980)
•El Imperio Contraataca (Irvin Kershner, 1980)
•Mad Max 2 (George Miller, 1981)
•Aliens (James Cameron, 1986)
•Terminator 2 (James Cameron, 1991)
•Toy Story 2 (J. Lasseter,A. Brannon & L. Unkrich, 1999)
•The Dark Knight (Christopher Nolan, 2008)
Y Bueno, también hay que decir que El Planeta de los Simios (R)evolución, no es precisamente una segunda parte, sino un Reboot, por lo que solamente diré lo siguiente:
•El Silencio de los Inocentes (J. Demme, 1991)
•Batman Inicia (Christopher Nolan, 2005)
Muchas gracias por tu comentario. Bueno, me defiendo con lo que escribí en el artículo. En parte, la película es un "reboot", como tú dices y como se encuentra en la nota, pero también, es verdad, no es una segunda parte, ni siquiera una tercera, sino que equivaldría a una cuarta parte, ya que, como se menciona también en la nota, el material está basado en la película "Conquista del planeta de los simios" (“Conquest of the Planet of the Apes”), la cuarta versión de la saga simiesca.
ResponderEliminarCon respecto a las otras películas, es cierto, el público y los críticos, disputan furiosamente cuáles son mejores, si las primeras o sus secuelas. Sin embargo, ninguna de las películas que tú mencionas hubiese existido sin una primera parte, que nos sirve de referencia y que tiene un gran mérito, porque nos hace recordar, saborear y, sobre todo, comparar una película con respecto a la otra.
Un cordial saludo,
Jaime