lunes, 29 de agosto de 2011
Jóvenes editores hablan de las revistas culturales
Hace unos días, Miguel Ángel Quemain organizó El Primer Encuentro de Revistas Culturales. Un encuentro harto valioso, no sólo porque se abría un espacio para que los editores hablaran de su labor y sus retos, sino porque quedó en evidencia que en México, aún existe un lugar muy importante para la cultura—y así me lo hicieron saber algunos colegas en Estados Unidos.
A una semana de distancia, mandé un par de preguntas a los editores invitados. He aquí la respuesta de algunos de ellos:
¿Qué ideas se manejaron o debieron hablarse en el Encuentro, qué ideas usarás para tu revista y cuál crees que sea la trascendencia del Encuentro?
Adán Echeverría. Coordinador de Catarsis Literaria
Por un momento sentí que el Encuentro rayó en el estilo de un grupo de autoayuda... Mi nombre es tal, hago tal revista, y me ha idio mal, no tengo dinero, y estoy a punto de cerrarla, pero por amor a la literatura y a la promoción cultural, continúo aunque sea un viacrucis diario... en ocasiones fue un poco eso... Aún con todo, me pareció que este ha sido uno de los mejores encuentros a los que he asistido, fue totalmente distinto a los encuentros de escritores. Todas las mesas tuvieron público, los asistentes tuvieron su mesa y escucharon las otras mesas (en los encuentros de escritores, muchos leen y se van sin escuchar a los otros), todo mundo propositivo, la mayoría de los participantes quizó discutir, plantear, o participar en las discusiones. Las ideas que yo me llevo son un poco eso... que a pesar de todo, los editores de revistas desarrollan un trabajo de tal importancia que permite brindar espacios a los escritores y otros artistas, como los visuales, por decir algo... Los formatos PDF están siendo una posibilidad para que los proyectos sobrevivan (incluso cuando no se tiene dinero para la impresión), y pueden llegar a un número mayor de lectores vía correos electrónicos, páginas de la web, redes sociales... en detrimento de no tener certeza del número de lectores que puedan estar hojeando o en verdad leyendo los trabajos que se publican, en detrimento también del costo que puede cobrarse en la venta de espacios publicitarios.
En resumen, creo que las Revistas Culturales, pueden ser híbridas (papel y web), y no conformarse con sólo ser papel (costos), o sólo web. La tecnología nos brinda nuevas oportunidades, muchas de las cuales apenas comenzamos a utilizar.
Igual se discutió acerca de que, no importa el soporte en que un escrito quiera enseñarse y comunicarse a los lectores, mientras la calidad sea óptima y profesional. Mientras seamos humanos, como los conocemos, en la actualidad, no importará cuántos recursos tecnológicos utilicemos para nuestra revista electrónica, los textos seguirán leyéndose (en lenguas e idiomas occidentales) de arriba hacia abajo y de izquierda a derecha.
El dinero para la impresión de revistas, los apoyos económicos, ya no son un freno para aquellos que quieren lanzar o sostener un proyecto editorial, aunque todo tenga un costro, hasta el uso del mismo internet y las paqueterías de diseño.
Las revistas en papel no están desapareciendo, como algunos señalan, hay un reacomodo debido a la tecnología y sus filias, pero permanece en el gusto de los lectores, sobre todo de aquellos que buscan coleccionarlas.
La trascendencia del Encuentro está dada en que uno puede aprovechar todas esas discusiones, ricas, para valorar su trabajo como editor; ha sido un gran estimulo, que puede ser reproducido (si es que no debe serlo) a otros compañeros editores, para no tener miedo, ni desesperarse si se quiere contaminar de estas ganas de realizar un proyecto de esta naturaleza.
El número de revistas existentes (no todas asistieron al encuentro, era francamente imposible), es rico en diversidad, lo que significa que hay gente interesada en su lectura, día con día, mes a mes, año con año.
Pedro Kumamoto
Este 1er. Encuentro de Revistas Culturales llegó en un momento sumamente importante para la revista en la que trabajo. Nos encontrábamos inmersos en un proceso de reestructuración, con varias preguntas, inquietudes, objetivos y necesidades que capitalizar. Por ello, el encuentro representó un momento crucial para nuestra biografía como revista: nos sentimos acompañados en muchos de esos padecimientos y pasiones.
En ese sentido, el encuentro se convirtió en una vitrina de las necesidades colectivas de las revistas literarias. También me atrevería a decir que compartir con los otros jóvenes asistentes (poquísimos) fue sumamente importante, en la mayoría hemos encontrado un espíritu que dará batalla ante las complicaciones de hacer una revista de Literatura.
A pesar de estos puntos positivos, creo que el encuentro careció de un espíritu crítico hacia cuestiones sumamente importantes: ¿Por qué las sociedades como México deberían de leer nuestras publicaciones? ¿Qué hará que la iniciativa privada apoye nuestras publicaciones de manera sostenible? Como revistas culturales ¿Qué nos toca publicar, a Salvador Elizondo o a Los Tigres del Norte?
Manuel Noctis. Director melodramático de la revista alternativa Clarimonda
Se manejó mucho la idea de la nula aportación o inversión de las Instituciones de índole cultural (y en general) hacia estos proyectos editoriales, también se presentó mucho la idea o mejor dicho, la cuestión que estámos comenzando a vivir entre lo digital y lo impreso (sus pros y sus contras), otra cosa que se contó fue el hecho de darle continuidad a nuestros proyectos editoriales, que eramos unos "héroes" por mantener a flote todo esto, pero si me hubiera gustado que desde un punto auto-crítico se contemplara o se debatiera el tema sobre "la provincia", esto se comentó mucho tras bambalinas y creo que hubiera servido -no para quejarnos del centralismo o la distancia con el DF- sino precisamente ver y crear la manera de entablar vasos comunicantes entre los proyectos del norte, centro y sur del país (igual determinar las ventajas y desventajas y a partir de ahí crear posibilidades de crecimiento en esos otros puntos de la república). Yo tomaré (y seguiré tomando) las ideas de víncularnos con los demás, de hacernos difusión entre nosotros, de expandir más el campo de las limitaciones, o sea, dejar de lado el pensamiento de que si una Institución no ofrece el apoyo necesario dejar atrás el proyecto. Y creo que la trascendencia principal del Encuentro fue eso, encontrarnos en sí mismos, conocernos, conocer los otros proyectos, conocer sus maneras de trabajar, intercambiar experiencias, materiales, y las mismas ideas; creo que se generaron vínculos interesantes, lo mejor creo era habernos conocido bien todos con todos, pero bueno, como comentábamos con compañeros, lo importante de esto es que se habló, se conoció, se discutió y hubo derecho de réplica.
Mario Z Puglisi. Fundador y director de la revista Meretrices
Considero que todos los temas referentes a las revistas culturales, ya sea impresas o electrónicas, se abarcaron en el Encuentro. Sin embargo, destaco la serie de coincidencias que alcanzamos editores de diversas partes del país, que compartimos las mismas dificultades, los mismos problemas y preocupaciones. Se hizo evidente que los temas más delicados son el financiamiento de las revistas, ya sea por conducto de la iniciática privada o de la participación institucional, y los canales de distribución que deberían ser más amplios y dinámicos para que se unifique el ejercicio de edición en todo el país. Sobrevivir durante un tiempo prolongado realizando una revista cultural parece hoy más difícil que nunca; sin embargo, la necesidad es igual de latente que en los inicios. Coincidimos en el cómo las revistas virtuales, contrario a ser una amenaza para el formato físico, son un elemento que las enriquece, que las acerca y las renueva.
¿Podrías resumir en dos párrafos lo que tú planteaste en el Encuentro?
Adán Echeverría
Mi planteamiento fue muy simple, cuando uno tiene ganas de realizar la promoción cultural, la difusión del pensamiento humano, mediante la creación de un proyecto editorial, como lo son las publicaciones periódicas, no existen barreras, en esta actualidad, no lo es la economía, no lo es la tecnología, no lo son las instituciones públicas ni privadas, uno mismo es el único freno para las intenciones propias para el desarrollo de sus sueños. Uno debe centrarse en ser profesional, en ofrecer un producto acorde con las intenciones que pretende llegar a sus lectores. Toda la humanidad es su posible lector ideal.
Pedro Kumamoto
Mi participación fue orientada en ese sentido, las preguntas que nos planteemos colectivamente enriquecerán nuestras percepciones. Insistir en utilizar el diálogo como herramienta para dejar de “creer” que el estado debe apoyarnos como revistas, y así comenzar una discusión seria en donde se argumente con cifras, datos o investigaciones sobre las razones (y no credos) por los que una nación debería invertir su dinero en revistas culturales y no en más hospitales.
Considero que el mayor aprendizaje tiene que ver con hacerse preguntas a uno mismo. La reflexión se desprendió del proceso de ver a tantos y tantos editores, que sin preguntarse sobre la labor propia o cuestionar su desempeño ante la sociedad, se decían estar inconformes con los apoyos gubernamentales, con la falta de lectores, con la indiferencia de los impresores, por la rapiña que es la distribución, pero salvo honrosas excepciones, no escuché a ninguno hablar sobre soluciones o, por lo menos, preguntas que servirían como semilla de innovaciones en la manera de concebirnos como revistas.
Me siento muy satisfecho de dicho aprendizaje, hemos regresado a Guadalajara cuestionando nuestros principios como revista, quizás podría pensarse que regresamos a la crisis; nada más lejano: estamos en crecimiento.
Manuel Noctis
En el plano de la poesía (que fue lo que me tocó debatir) yo planteo que el poeta (hombre y mujer) deben enfocar su creación al más sentido estricto de la creación poética, pensando que su ego no debe de estar por encima de ello y que por lo tanto el editor de revistas (como paso inicial de la publicación) debe estar al tanto de ello y ser determinante entre lo que si publica y lo que no. En general planteo mucho la generación de vínculos.
Mario Z Puglisi
Mi participación se insertó en la mesa de discusión titulada “Los territorios del poeta”, así que lo planteado se centró principalmente en un diálogo sobre el desarrollo del poeta y la importancia en él de las revistas literarias, que funcionan como filtros para ir puliendo su trabajo y encontrando su voz. También realicé algunas reflexiones sobre la polémica de las revistas virtuales frente a las hechas en papel.
Aquí agradezco a todos los involucrados en la organización del encuentro que han alcanzado una calidad e importancia insuperables. Sólo nos resta que el esfuerzo se siga realizando cada año para llevar una bitácora y registro de lo que se está haciendo en revistas culturales de nuestro país.
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